Necesidad de una labor educativa

De la necesidad de traer a la vista las violencias invisibles se deriva la necesidad de una labor educativa que señale la trampa de la violencia y que traiga a la conciencia de los adolescentes que las relaciones violentas suponen un aprendizaje peligroso para convivencias posteriores (González y Santana, 2001).

A ello se suma lo que indican Hines y Saudino (2003), citados en Fernández-Fuertes y colaboradores (2011), cuando afirman que las agresiones verbales-emocionales son un predictor de posteriores agresiones físicas. La detección temprana de los primeros signos de malos tratos permite evitar que se incrementen y perduren en el tiempo (Rey-Anacona, 2013), por ello este programa se propone capacitar a los adolescentes para reconocer la VP y a través de ese empoderamiento, convertir a cada alumno en un agente multiplicador de cambio.

Que los alumnos actúen como catalizadores de procesos de cambio supone:

a) La transmisión a sus iguales y/o a familiares lo aprendido en el proyecto.

b) La asimilación e integración de los conocimientos y técnicasaprendidas a través del aprendizaje experiencial.

Si las necesidades actuales se orientan hacia los programas de prevención eficaces (González-Ortega, Echeburúa y Corral, 2008), el proyecto presente se suma a este reto queriendo aportar las herramientas teóricas y metodológicas que faciliten la detección de los patrones de interacción violentaasí como habilidades de afrontamiento ante los mismos.

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