El presente proyecto está basado en una concepción constructivista del aprendizaje en la que el alumnado asume responsabilidad y un papel activo durante el proceso de aprendizaje (Coll, 1993).
Siendo objeto de esta propuesta socioeducativa la toma de conciencia por parte del alumnado de la importancia de la detección de las dinámicas violentas y los abusos de poder en las relaciones afectivas, se considera clave el papel de los conocimientos previos como punto de partida para la construcción de nuevos significados.
Por ello, la indagación de estos conocimientos previos supondrá el planteamiento de la actividad inicial del proyecto “¿Y tú, qué sabes?”, que se relacionará con otro de los contenidos del programa:“¿Cómo te organizas?”.
Para aplicar este enfoque teórico a la metodología de trabajo, se propone una doble reflexión transversal al programa: el alumno/a concreto realiza un ejercicio de autobservación de su propia realidad en la que se plantea: ¿cuál es mi modo de gestionar las relaciones afectivas? ¿Hay algún signo de violencia en mi relación?
Modelo experiencial: actividades grupales y cooperativas
Tanto el diseño de los contenidos (eje teórico) como el de las actividades (eje práctico) están focalizados en el grupo como objeto de intervención. El grupo propicia la verbalización de situaciones vividas; favorece la exposición a modelos alternativos de pensar, sentir y actuar; y crea oportunidades para que el alumnado asuma compromisos de cambio ante el grupo (Amorós, Rodrigo, Donoso y Máiquez, 2007).
Como indican González y Cornejo (1993), el grupo moldea las actitudes acelerando el proceso de cambio a través de la valoración cognitivo-emocional. Para la intervención grupal se adoptará una metodología activa y participativa que queda justificada en tanto que genera la reflexión e implicación del alumnado favoreciendo cambios cognitivos y comportamentales y dotando de estrategias para detectar los primeros signos de violencia (Hernando, 2007).
Onrubia (1996) también indica que la interacción entre iguales conlleva procesos de influencia mutua con resultados superiores a otras tareas no cooperativas.
Por último, como indican Máiquez, Rodrigo, Capote y Vermaes (2000), citados por Amorós et. al (2007), la metodología experiencial facilita la reconstrucción de lo vivido en el marco de un escenario de aprendizaje compartido con otras personas y brinda actividades para reflexionar sobre el modo en que se percibe, interpreta y siente la vida cotidiana.
Estilos de aprendizaje de Kolb
Para el diseño de las actividades del programa se tiene en cuenta el modelo de aprendizaje basado en las experiencias de Kolb (1984) citado en Lozano (2000). El modelo identifica dos dimensiones en el aprendizaje – percepción yprocesamiento – con diferencias en cada una de ellas: percepción basada en la experiencia concreta o en la conceptualización abstracta; y procesamiento basado en la experimentación activa o en la observación reflexiva. Del cruce de estas dimensiones resultan cuatro estilos de aprendizaje: experiencia concreta (EO), observación reflexiva (OR), conceptualización abstracta (CA) y experimentación activa (EA).
Según el Modelo de Kolb, el aprendizaje se concibe como un proceso cíclico de cuatro etapas que se ilustran en los cuadrantes. Un aprendizaje eficaz debe contemplar los cuatro tipos de capacidades: experiencia concreta (EC), observación reflexiva (OR), conceptualización abstracta (CA) y experimentación activa (EA).
La EC inmediata sirve de base y punto de partida para la OR, a partir de la cual se pueden elaborar nuevas hipótesis conceptuales en una etapa de CA para guiar la vivencia de nuevas experiencias en una etapa final de EA.
Se ha aplicado el modelo de Kolb al diseño de este proyecto socioeducativo que pretende catalizar un proceso de aprendizaje eficaz en los adolescentes. Por ello, las actividades y contenidos se han elaborado para poner en juego las experiencias concretas así como la observación y la reflexión para facilitar la formación de conceptos abstractos que puedan servir para derivar implicaciones y formular nuevas hipótesis. Dado que cada estilo de aprendizaje se relaciona con una serie de características en el alumno, la variedad de actividades favorece la inclusión del alumnado así como su autocompetencia.
Como indican Boyatzis y Kolb (1995) el aprendizaje experiencial es holístico en tanto que incluye los componentes perceptivo, afectivo y comportamental, así como también las estrategias cognitivas. Por ello, las estrategias educativas de este programa se han diseñado procurando cubrir el ciclo de aprendizaje que traduce la experiencia concreta en conceptos para la guía de elección de nuevas experiencias.
Profesora de Filosofía.
Licenciada en Filosofía y en Psicología con especialización en Psicooncología.
La introspección y las palabras transforman vidas.